viernes, 6 de mayo de 2011

Water for elephants

Agua para Elefantes


"No hablo mucho de aquellos días.  Nunca lo he hecho. No sé por qué.  Trabajé en el circo cerca de siete años y si eso no es tema de conversación, no sé qué lo será.  La verdad es que sí sé por qué: nunca he confiado en mí.  Me daba miedo que se me escapara.  Sabía lo importante que era guardar su secreto, y eso fue lo que hice... Durante el resto de su vida y aún después.   Nunca se lo he contado a nadie en setenta años."
"Tengo noventa años.  O noventa y tres.  Una de dos.   Cuando tienes cinco te sabes tu edad al día.  Incluso a los veinte sabes qué edad tienes.  Tengo veintitrés, dices, o tal vez veintisiete.   Pero luego, a los treinta, te empieza a pasar una cosa rara.  Al principio no es más que un simple titubeo, un instante de duda. ¿Qué edad tienes? Ah, tengo..., empiezas a decir seguro de ti, pero te detienes.   Ibas a decir treinta y tres, pero no es verdad.   çtienes treinta y cinco.  Y de repente empiezas a preocuparte, porque te preguntas si no será el principio del fin.  Lo es, por supuesto, pero pasarán décadas antes de que lo reconozcas."
"La edad es una ladrona implacable.  Justo cuando empiezas a tomar el pulso a la vida te arranca la fuerza de las piernas y te encorva la espalda.   Produce dolores y enturbia la cabeza y silenciosamente infesta a tu mujer de cáncer.
Perderla fue como si me partieran por la mitad.  Ese fue el momento en que todo acabó para mí, y no me habria gustado que ella hubiera pasado por esa situación.   Ser el que sobrevive es una cagada."
Fragmento de Agua para elefantes de Sara Gruen


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